Las 9 peores prácticas de las farmacéuticas del mundo
Si bien las farmacéuticas han desarrollado tecnología y medicamentos para cambiar el rumbo de la humanidad, también es cierto que trabajan para sus propios intereses, cometiendo muchas atrocidades. Aquí te presentamos las peores, según el investigador británico Ben Goldacre en su libro.
1.- Se altera el sistema de ensayos clínicos
Para poder vender, hay que comprobar de manera contundente que el medicamento va a funcionar, aunque no sea así. Es por eso que se altera todo el proceso y el sistema de los ensayos clínicos. Esto es muy sencillo para las farmacéuticas, ya que el 90% de dichos ensayos clínicos que son publicados, son patrocinados por ellos mismos. De hecho, solo la mitad de los ensayos son publicados, y los que tuvieron resultados negativos se pierden entre los que tuvieron positivos.
2.- Se ocultan los resultados negativos
Este punto es de los más alarmantes, pues estas industrias solo dan a conocer los resultados positivos que tuvieron, ocultando los negativos. En muchas ocasiones, las farmacéuticas se reservan el derecho de interrumpir un experimento y detenerlo si ven que falla, pero obligan al científico a enterrar los resultados, donde lamentablemente muchos voluntarios fallecen. Lo peor, es que se pone en circulación la medicina que no pasó las pruebas, causando la muerte de muchas personas. De vez en cuando, las farmacéuticas aplican la de su bajeza ignorantísima Peña Nieto y piden perdón.
3.- Se maquillan resultados
Hay ocasiones en que ni los resultados de los ensayos que son clasificados como “positivos” son muy de fiar, pues las farmacéuticas también manipulan los efectos positivos de los experimentos. Para empezar, la muestra que toman es muy pequeña para probar un posible medicamento, o se comparan los resultados con otras fórmulas que no son precisamente para la enfermedad que se pretende combatir o incluso con productos que son dañinos para la salud. En pocas palabras, hacen trampa, como cuando ven que los efectos de la medicina no están dentro del grupo de enfermedades que buscaban controlar, lo clasifican en otro subgrupo para decir que funcionó.
4.- Ni los resultados positivos se replican
Todo lo anterior toma fuerza cuando los investigadores de las farmacéuticas intentan hacer el mismo procedimiento que resultó “positivo”, pero ya no vuelve a serlo en el segundo intento.
5.- Recomiendan medicina para adulto a niños
A principios de la década del 2000, salió a circulación un antidepresivo sin ninguna advertencia que provocaba suicidios entre los menores que la tomaban. Siguió vendiéndose el antidepresivo aún cuando la compañía GSK sabía de los efectos adversos en menores. Hasta 2003 se hizo del conocimiento de la comunidad médica.
6.- Utilizan a gente de bajos recursos para sus experimentos
Varias veces han sorprendido a las industrias farmacéuticas en Estados Unidos. Utilizando a inmigrantes o vagabundos para sus ensayos, ya que es más barato. Sin embargo, persiguiendo esa idea económica, han trasladado la realización de sus estudios a China o La India, donde es aún más barato. Y es que en Estados Unidos, un ensayo por persona cuesta alrededor de 30 mil dólares, mientras que en Rumania, por ejemplo, solo gastan 3 mil dólares.
7.- Nuestros defensores se coluden
En una práctica que es muy parecida al INE en México, los defensores y representantes de los pacientes, son parte de organizaciones financiadas por las farmacéuticas. Hasta los dirigentes de las agencia reguladoras terminan trabajando en las compañías de fármacos. Es decir, existe el tan famoso conflicto de interés y no ven por los intereses de los pacientes afectados.
8.- Les llegan al precio a los médicos
Para asegurarse de que sus medicamentos serán ampliamente recomendados y recetados por los médicos, las farmacéuticas envían a sus visitadores visitadores médicos para patrocinarles asistencia a los mejores congresos en diversos destinos turísticos y en los mejores hoteles. Asimismo, invierten miles de millones más en marketing que en investigación para posicionar sus medicinas y darlas a conocer entre los médicos, lo que eleva el costo de los medicamentos.
9.- Les dan facilidad para aprobarles sus medicamentos
Los reguladores de medicamento en realidad no son tan estrictos a la hora de aprobar un medicamento, pues dan más facilidades que Kim Kardashian. En lugar de exigir que se pruebe el medicamento “nuevo” sea mejor que el tratamiento ya en circulación en el mercado, casi basta con que la farmacéutica lo diga. Una investigación en 2007 demostró que tan solo la mitad de los medicamentos aprobados en el periodo de 1999 y 2005, fueron comparados con otros medicamentos ya en el mercado. Lo único que hicieron fue presentar su “propia versión” de la medicina que ya existía, o bien una versión de un medicamento de ellos mismos cuando vencía la patente. Podemos citar el caso de Omeprazol, de AstraZeneca, que sacó al mercado una versión muy parecida pero diez veces más cara de nombre Esomoprazol.
Conclusión: Como podemos ver, la medicina podría haber avanzado a pasos agigantados si estas empresas hubieran apostado más a una investigación seria y sin tanta mafia. Lo peor es que mucha gente ha muerto por culpa de estas atrocidades que buscan el dinero. ¿Ya sabes por qué no se te quita la gripe por más que tomas medicamento?
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